EL ADIOS A UN GRANDE

Tema: EL ADIOS A UN GRANDE Miér Jun 15, 2011 2:15 pm

Emotivo adiós de Palermo a la Bombonera
El diccionario sostiene que un mito es una narración fabulosa e imaginaria que intenta dar una explicación no racional a la realidad. Difícil es saber cuándo se va a estar en presencia de uno, pero en el día de ayer pasó todo lo contrario. Todo aquel que peregrinó hasta La Bombonera para ver el último partido de Martín Palermo en la arena xeneize supo a ciencia cierta que ni bien terminara el encuentro el mortal le comenzaría dar paso al mito y eso sucedió. Por ello cada instante fue atesorado en la retina de cada hincha que lo fue a mimar al hotel, que lo acompañó hasta el estadio y todo aquel afortunado que vivió en la cancha los últimos movimientos del Titán. Tan solo noventa minutos (se despedirá del fútbol en La Plata frente a Gimnasia) separan a Martín de sumarse a la leyenda xeneize como nuevo Dios. El gigante platinado, el de la armadura con el 9 dorado y el grito de gol en la boca se vestirá una última vez para dar batalla, La Bombonera ya lo comenzó a extrañar. Desde temprano los hinchas se acercaron hasta la puerta del hotel donde Martín descansaba y la zona de Puerto Madero se convulsionó. Más de cuatro mil personas con camisetas de Boca, con caretas del ídolo y banderas que rezaban su devoción corearon el “Paleeermo, Paleeermo” por lo que Martín decidió asomarse desde la terraza para devolver la catarata de afecto. Fue media hora de emociones, de sentimientos encontrados y muchas lágrimas del goleador. Y los más fanatizados aprovecharon para dedicarle un cantito a José Sanfilippo. En principio se había planeado que un descapotable llevara a Martín desde la concentración hasta el estadio pero la idea fue descartada porque el goleador quiso llegar acompañado por sus compañeros y por ello se subió al micro y se ubicó junto a su hijo Ryduan en los últimos asientos. Poco más de hora y media le tomó al plantel llegar a la cancha y otros diez minutos alcanzar el vestuario. Aguantó el llanto En el vestuario lo esperaba otro regalo. Su camiseta, la que serviría para despedirlo de La Bombonera contaba con singulares detalles. El número nueve estaba bañado en oro al igual que su apellido. Eso sí, durante la semana la dirigencia debió pedir autorización en AFA para semejante presente. Además el brazalete de capitán tenía inscripto “se va Palermo” y la fecha conmemorativa. Un cúmulo de emociones lo invadieron y al momento de saltar a la cancha, salió en primer lugar, la cancha se vino abajo y se encontró con que desde Maradona y otros ex jugadores lo esperaban para su última función de local. Lo esperaban con cartelitos “Palermo 9 eternamente gracias” y decenas de banderas entre ellas “De pie hoy nace una leyenda”. En el cartel electrónico su figura se hizo presente junto a la frase “Eternamente gracias”. Todo eso, sumado al griterío, le generaron a Martín unas ganas de llorar terribles y debió aguantar la respiración y resoplar para aguantar el llanto. El partido no le reservó grandes situaciones de gol pero tuvo su condimento con un remate que le tapó Bologna, una dura falta que le cometió Romero y una chilena que pudo haber sido un golazo pero que salió desviada. El empate final fue anecdótico, pronto se olvidará pero Martín no olvidará nunca lo que vino a continuación. Sus familiares lo esperaron en el centro del campo y pronto se dispuso un podio desde donde dio sus última palabras y desde donde apreció un video homenaje. Es más, el 9 tuvo como obsequio el arco que daba a la cabecera local al cual le sellaron una plaquetita con su nombre. “No habrá ninguno igual” fueron las letras que se dispusieron en el terreno y la gente dejó la garganta “Muchas gracias Palermo, vos nos diste los goles, vos nos diste alegría, lo que hiciste por Boca no se olvida en la vida"

¿MERECE PALERMO UNA OPORTUNIDAD EN LA SELECCION?
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