Independiente volvió al triunfo y Gallego lo festejó con desesperación. No era para menos: Huracán lo bombardeó y fue más hasta cuando le jugó con diez.
Independiente volvió a la escuela. A la escuela del Tolo. Y sólo por contagio, aprendió a ganar.
Aprobó actitud con lo justo. Fútbol, la materia principal, la sigue teniendo previa. Si no se mata estudiando podrá zafar alguna prueba más, pero indefectiblemente se irá a marzo.
Los brazos cruzándose por encima de la cabeza del técnico, los suplentes, el resto del cuerpo técnico y los plateístas que estaban detrás del banco delataron la desesperación. Después de comerse cinco, ganar penando con uno más era para festejar. Ganar es Tolo, sí, para jugar habrá tiempo. La pregunta es si habrá jugadores.
De ahora en más, Gallego va a necesitar guardapolvo blanco, no camisa. Sus alumnos, está admitido, tienen un nivel pobrísimo. Machín los dejó en evidencia: volvió a jugar luego de dos meses y con voluntad, mucha voluntad, fue mejor que todos sus compañeros de campo.
Y si Independiente había hecho los seis goles en Lanús, Huracán fabricó los tres en Parque Patricios. El suyo, de manual. Los del rival, también: del manual de lo que no hay que hacer. Bolatti fue muy Bolatti en el primero y Monzón, un verdadero sparring en el segundo. Los hinchas rivales le podrían haber coredo un hiriente "equipo tierno": ni dejó que la gente terminara de insultar a su rival que ya había dilapidado la ventaja. Y el que se lo dio vuelta, de alto en el área chica, no fue Mazzola ni Delorte: fue Montenegro, 1,72 de altura, 1,21 de compromiso.
Cappa no va a cortar cabezas simplemente porque sabe que no tiene para reemplazarlas. La muestra está en los hechos: por Nieto entró Colzera.
Huracán precisa Viagra: amaga con cinco o seis y apenas festeja uno. Su proporción asombra: le acierta al arco en una de cada seis llegadas. Uno de los responsables es Defederico. Cuando gambetea, está para el Barcelona de España. Cuando define, está para el de Ecuador.
Que le canten equipo chico es, hoy, un halago para Independiente. Porque se podrá discutir si es small, medium o extra small. Lo que está claro es que no es un equipo. Los que están atrás saben que tienen que defender y al único de blanco que divisan es a Gallego. Los del medio saben que tiene que presionar en bloque (o al menos intentar hacerlo) y salen como los indios. Los delanteros... ¿Tiene delanteros? El prometido 4-2-3-1 del Tolo derivó en un 4-4-1-1/2, porque Mazzola es medio atacante.
Huracán es todo atacante. Y cuando consiga uno que la meta, ahí sí va a festejar con tanta desesperación como el Tolo.