A Del Potro le viene muy bien la altura: cumplió la promesa que había hecho para la final de la Davis y le ganó por primera vez a Nadal, el N° 1. Hoy a las 20 juega con Murray (ESPN).
El año pasado, minutos después de haber ganado el quinto punto ante el ruso Igor Andreev, que le dio a la Argentina el pase a la final de la Copa Davis, un exultante Juan Martín Del Potro lanzó una de las frases más altisonantes de la historia del deporte mundial. "A Nadal le vamos a sacar los calzones del orto", dijo Delpo con aristocrática elegancia, como si acabara de recibir un curso acelerado de buenos modales a cargo del conde de Chikoff.
El argentino se refería, claro, a la estrechez en los pantalones del Titán de Mallorca. Y al tic que le provoca esa fascinación por los talles ajustados: antes de cada saque, y como si con eso consiguiera una mayor concentración, Rafa se toma su tiempo para escarbar justo en la zona en que el slip le queda incómodamente atrapado entre las nalgas.
La promesa de Delpo, hay que decirlo, se cumplió algunos meses después. Porque finalmente Nadal no estuvo en Mar del Plata. Y porque la Copa Davis la terminó ganando España. Pero, como se dice, mejor es tarde que nunca. Y ayer, en el Masters 1000 de Miami, un torneo que se juega sobre cancha rápida y reparte 4.500.000 dólares, Delpo no llegó a sacarle los calzones de ningún lado a Rafa pero le pegó una sacudida histórica. En dos horas y 59 minutos, el tandilense le ganó por primera vez en su carrera al número uno del mundo y accedió a las semifinales, donde hoy, a las 20 de la Argentina, deberá medirse con el escocés Andy Murray (ESPN).
Bien, Delpo. Excelente. A vos sí que la altura no te genera ningún problema. No te ahoga ni te dobla las piernas. Al contrario, al menos por lo que se vio ayer en ese fenomenal ida y vuelta de drives y reveses que terminó 6-4, 3-6 y 7-6 (7-3), supiste sacarle provecho a tu metro 98.
Lo del argentino ya era para aplaudir como una foca si se tiene en cuenta que, en los cuatro partidos que habían jugado, no sólo había ganado siempre Rafa sino que lo había hecho sin ceder ni un set. Y esta vez Del Potro salió a jugar convencido de que podía dar el golpe, en especial, sabiendo que el español se había desgastado más de la cuenta al ganarle en dos sets con tie-break al suizo Wawrinka. Así, Delpo se impuso 6-4 en el primero y, lo más destacado, se recuperó en el tercero cuando Nadal sacaba para ponerse 4-0. Una maravilla.
Ya en el quinto puesto de la ATP, Del Potro lo hizo, sí. E hizo algo -ganarle a Nadal desde que en agosto del 2008 se convirtió en el mejor del planeta- que todavía no han logrado Federer, Novak Djokovic ni David Nalbandian con cinco match points.
Es un paso gigante. Que tal vez servirá para empezar a revertir una idea que se instaló en los últimos tiempos: que Del Potro se convierte en Buonanotte cuando se enfrenta con los cuatro mejores del ranking (está 0-4 con Federer y 0-2 con Djokovic y con Murray). Ayer ya le descontó un partido al mejor. ¡Más calzones!