Fue un gomazo!

¡Fue un gomazo!
El plantel quedó varado ayer en Tucumán por un desperfecto en el avión y el viaje de regreso, que era de dos horas y media, duró 14...



Rojos de la bronca y de la impotencia. Mudos de tanto esperar. Así estaban el plantel, cuerpo técnico y directivos de Independiente que, al igual que decenas de pasajeros, ayer se quedaron varados en esta provincia al sufrir un desperfecto mecánico el avión que los trasladaba a Buenos Aires. Tras más de diez horas de espera, los ubicaron en otra empresa para completar el viaje.

La increíble historia comenzó ayer a la mañana. Los jugadores se subieron cerca de las 9 al vuelo 855 de Andes Líneas Aéreas. Tal como estaba estipulado, descendieron en el aeropuerto Benjamín Matienzo para cumplir con una escala previa a Buenos Aires. Sin embargo, se les informó que el vuelo había sido demorado por un desperfecto mecánico. Al principio se habló de la pinchadura de una de las gomas del tren de aterrizaje. "Tuvo un inconveniente con un neumático y se espera que llegue una inspección desde Buenos Aires para que habilite el vuelo a seguir su recorrido", le contaron desde Andes a Olé minutos antes de repartir al pasaje en varios hoteles para soportar la espera (al Rojo le tocó el Catalina's Park). Sin embargo, luego confirmaron que se trató de un desperfecto de una válvula que podía ser reemplazada, aunque había que esperar que el repuesto llegara de Capital. El viaje, según explicaron, se reanudaría a las 14.

Las horas fueron pasando y el malestar también. Cerca de las 16, comunicaron que el desperfecto no podía ser reparado y que serían acomodados en el vuelo de Aerolíneas de las 21. La mayoría de los titulares no ocultó su fastidio mientras deambulaban por el aeropuerto, ubicado a unos diez kilómetros de la capital tucumana.

"Nos da bronca la falta de sinceridad de la línea. Nos mintieron toda la mañana. Lo siento por los futbolistas que tienen una cara de cansancio tremenda. Están tan molestos que nadie se les arrimó para pedirles ni un autógrafo", comentó Marcos Alvarez, un tucumano que también sufrió por la cancelación.

A las 21 el Rojo pegó la vuelta y, al cierre de esta edición, se lo espera en Baires, en un viaje que duró 11 más de lo normal. Fue un gomazo...

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