El brasileño decidió rechazar una fortuna del Manchester City. Los tifosi se habían convocado por él.
Fue una jornada tremenda en el Calcio. Muchas guardias periodísticas siguieron al padre y manager de Kaká, Bosco Leite, quien tras arribar a Milán se reunió con Garry Cook, ejecutivo del Manchester City. Según versiones de prensa, los ingleses, gracias a la fortuna del jeque árabe Mansur Bin Zayed, le pagaban 120 millones de euros al Rossonero. Para el jugador, cinco años de contrato a cambio de 18 palos anuales. Por la tarde, cerca de 500 hinchas se convocaron frente a la casa del futbolista. Nevaba, pero no pararon de pedir con pancartas y gritos que no se hiciera la venta. Incluso pusieron una bandera sobre el Audi del jugador.
A las 22.20 de Italia, el programa Lunedi di Rigore, de Antenna 3, anunció el pase. Tuvo un tremendo rebote, los medios online se subieron a la ola. Enseguida el dueño del Milan, Silvio Berlusconi, llamó a un canal de la competencia, y dijo: "Kaká se queda en el Milan, el dinero no es todo para él". Chan...
"Fue mi intervención, pero también suya. El me dijo que prefería quedarse, que no pensaba en un sueldo más alto y que privilegiaba los valores de la bandera y de la amistad, el calor y el afecto que han demostrado también en estos días todos los tifosi", agregó el primer ministro italiano. Qué tal.
¿Qué fue lo que pasó? Todo conduce a que fue Kaká el que bajó la operación, poco seducido por jugar en el 11ª de la Premier League, ubicado a 19 puntos del cuarto puesto, el de clasificación a la Champions, y a sólo cuatro del descenso. Además, en el Milan, el brasileño, de 26 años, no está mal pago: 12 millones de euros anuales...
También se supone que Kaká piensa que el Real Madrid, más competitivo, podría pagarle algo parecido a mitad de año.
Vale una frase de Flavio Briatore, director de la escudería Renault de Fórmula 1: "Si hubiésemos metido a Schumacher (ex campeón mundial) en un Minardi, no habría ido a ninguna parte. Si meten a Kaká en el City, ocurrirá lo mismo..."